Esta leyenda fue originada en la mitología Griega y se trata de un gran inventor llamado Dédalo que creo alas para poder escapar de un laberinto junto con su hijo Ícaro. Dédalo creo alas hechas de plumas las cuales fueron unidas con cera, ellos las usaron para salir de un laberinto volando. Los consejos de Dédalo hacia Ícaro mientras volaba era que no se acercara mucho al sol porque se derretiría la cera y no podría continuar y que no volara muy bajo porque las alas se mojarían y se harían muy pesadas para volar. Al final de la leyenda Ícaro cae y muere y el invento falla debido a la falta de precaución de Ícaro ya que se acerco mucho al sol y se derritió la cera.
Esta leyenda demuestra que los humanos desde los principios de nuestra civilización hemos querido llegar mas lejos y hemos estado intrigados con el hecho de poder volar.
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